Bruselas creará un portal único para declarar el IVA de operaciones trasfronterizas
Las empresas y profesionales podrán hacer sus declaraciones del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de sus operaciones trasfronterizas y pagos a través de un único portal ventanillas únicas- en línea en su propia lengua y según las mismas normas y modelos administrativos que en su país de origen.
Para que el cambio de normas del IVA sea lo más fluido posible para las empresas, las modificaciones aprobadas hoy introducirán las disposiciones necesarias para poner en marcha un portal en línea o ‘ventanilla única’ para todos los comerciantes (B2B) de la UE para gestionar su IVA, según lo anunciado en las propuestas de reforma de la Comisión de octubre de 2017.
Además, este sistema estará disponible para las empresas no pertenecientes a la UE que deseen vender a otras empresas dentro de la Unión y que de otro modo tendrían que registrarse a efectos del IVA en cada Estado miembro. Una vez en vigor, estas empresas podrán designar simplemente a un intermediario en la UE que gestione el IVA en su nombre.
Así, se establece en el conjunto de medidas propuesto por la Comisión Europea de un Impuesto definitivo, que modificará sustancialmente las normas relativas al IVA y facilitará las actividades de las empresas en toda la Unión, poniendo fin a 25 años de sistema transitorio del IVA en el mercado único.
El pasado mes de octubre, la Comisión propuso los principios fundamentales para la creación de un territorio único de aplicación del IVA en la UE, lo que contribuirá a atajar en cerca de un 80 por ciento el fraude por un importe estimado de 50.000 millones de euros, que afecta actualmente a los presupuestos nacionales de los Estados miembros de la UE cada año.
Confianza entre países
Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, ha señalado que estas medidas supondrán «una normativa más sencilla, a menos burocracia y a un sistema más sencillo, gracias a la ventanilla única en línea para los comerciantes».
Además, ha señalado que «ha llegado el momento de que nuestros Estados miembros confíen los unos en los otros en lo que respecta a la recaudación del IVA aplicable a las operaciones dentro de la UE».
En el actual sistema del IVA, el comercio de mercancías entre empresas se divide en dos operaciones: una venta exenta del IVA en el Estado miembro de origen y una adquisición gravada en el Estado miembro de destino.
La propuesta pone fin a esta división artificial de una única operación comercial. Una vez acordadas, las modificaciones contenidas en la normativa sobre el IVA definirán el comercio transfronterizo de mercancías como una única operación gravada, lo que garantizará que los productos sean gravados en el Estado miembro en el que termine el transporte de los bienes, como debe ser. El fraude del IVA disminuirá radicalmente.
Los cambios reafirman el carácter autorregulador del IVA y reducirán la cantidad de trámites administrativos para las empresas en sus operaciones con otras empresas de otros Estados miembros. Dejarán de ser necesarias para el comercio de mercancías las obligaciones específicas de notificación relacionadas con el sistema transitorio del IVA. La facturación futura relativa al comercio en la UE se regirá por las normas del Estado miembro del proveedor, lo que la hará menos onerosa para ellas.
Será el vendedor quien debe facturar el IVA devengado por la venta de mercancías a un cliente de otro país de la UE, al tipo del Estado miembro de destino. Solo en caso de que el cliente sea un sujeto pasivo certificado, lo que supone ser un contribuyente fiable, reconocido como tal por la administración tributaria), el adquirente de los bienes se encargará de recaudar el IVA.
El sistema común del impuesto sobre el valor añadido (IVA) desempeña un papel importante en el mercado único europeo. Sustituyó los impuestos sobre el volumen de negocios, que falseaban la competencia y obstaculizaban la libre circulación de mercancías, y posteriormente se modificó para suprimir los controles y trámites aplicados a las mercancías en circulación entre los Estados miembros.
Se trata de una importante y creciente fuente de ingresos de los Estados miembros de la UE, y recaudó más de un billón de euros en 2015, lo que corresponde al 7 % del PIB de la UE. Además, uno de los recursos propios de la UE se basa también en el IVA. Como impuesto sobre el consumo, es una de las formas de fiscalidad más favorable al crecimiento.
El sistema del IVA es una importante y creciente fuente de ingresos en la UE, recaudando casi 1 billón de euros en 2014. Pero el sistema del IVA no ha podido seguir el ritmo de los desafíos de la economía global, digital y móvil de hoy. Debe modernizarse porque es demasiado complejo para el creciente número de empresas de la UE que operan transfronterizas y deja la puerta abierta al fraude.
El sistema actual divide cada venta a través de las fronteras de la UE en una transacción exenta de IVA en el país de origen, y una compra sujeta a impuestos en el país de destino. Es como un sistema de aduanas, pero carece de controles equivalentes y, por lo tanto, es la raíz de una gran cantidad de fraudes transfronterizos. Por ejemplo, el fraude del comerciante desaparecido puede ocurrir cuando la empresa importadora vende los bienes importados exentos de IVA, recauda el IVA, pero desaparece antes de pasar el IVA recaudado a las autoridades fiscales.
Un área europea del IVA única y sólida trataría las transacciones transfronterizas de la misma manera que las transacciones nacionales (es decir, el comercio transfronterizo ya no estará exento del IVA), poniendo fin a las deficiencias intrínsecas del sistema. El sistema actual está demasiado fragmentado y no está en consonancia con las necesidades del mercado interior.
Ya no es viable ni realista basar el sistema de la UE en 28 procedimientos diferentes de IVA. Las reglas actuales pueden desalentar a las empresas de expandir sus negocios a través de las fronteras.
La creación de un sistema de IVA a escala de la UE respaldaría un mercado único más profundo y más justo. También ayudaría a impulsar el empleo, el crecimiento, la inversión y la competitividad.